J.J.JOHNSTONE KESWICK
2º PRESIDENTE DE
“THE RIO TINTO Co., LTD”
2º PRESIDENTE DE
“THE RIO TINTO Co., LTD”
Nacido en 1842, era hermano de William y James, descendientes de una hermana del fundador de la “Jardine Matheson & Co.,” sociedad domiciliada en Hong Kong en el siglo XIX. Procedía de una filial de esa Sociedad, (Jardine Skinner & Co.,) cuyas actividades se centraban en la importación de té y yute, desde Calcuta a Inglaterra, antes de acceder a la Presidencia de Rio Tinto, nombramiento obtenido tras el fallecimiento de Hugh M.Matheson en 1898.
Al comienzo de su gestión en el negocio minero, contaba, pues, 56 años y hacía 28 que el tráfico de opio había dejado de ser legal “oficialmente” (1870).
Una de sus primeras intervenciones al asumir el nuevo cargo, consistió en el discurso que dirigió a los asistentes a la Junta Gral de accionistas celebrada el 14 de Abril de 1898, en el Hotel Cannon Street (Londres) refiriéndose en los siguientes términos a la desaparición de su antecesor H. Matheson:
“Estoy seguro que todos Vds. deplorarán con nosotros la muerte de nuestro venerable Presidente quien estaba, aparentemente, con buena salud, hasta unas noches antes de su muerte y quien esperaba con impaciencia presidir esta Junta, la cual habría sido para él, una ocasión de jubileo.
Él se dedicó a velar por los intereses de la Compañía desde sus comienzos y, como algunos de Vds. quizás conozcan, fue con su apoyo y ayuda financiera, -raro en magnitud y liberalidad, en sus anteriores y luchadores años- esta apenas habría sobrevivido.
No veremos pronto, ni quizás nunca de nuevo, a una persona como él”.
Esta introducción, en la apertura de dicha Junta Gral, no fue novedosa y tampoco diferente a otros actos de similares características, donde el humano proceder “derrocha caridad y benevolencia” hacia quienes desaparecen de este mundo, por contradictorias que hayan sido sus vidas. Solamente se reseña, con la única intención de reconocer que los póstumos homenajes tienen cabida y son bien venidos, en toda ocasión.
Admitimos no poder contradecir las involuciones que el Sr. Steimberg atribuye a la primera generación de la familia Keswick con el tráfico del opio, (el Sr. J.J.Johnstone, entre ella) pero, ante las dificultades personales para consultar los archivos de la “Jardine Matheson & Co.,” cuyas fuentes, con otras, proyectarían mucha luz en la biografía de cada miembro del clan, impiden emitir un honesto punto de vista. No obstante, esperamos conseguir el libro de Maggie Keswick, (“El cardo y el jade”) donde, probablemente, se narren facetas poco conocidas de tal personaje.
De momento, sin encontrar indicios que involucren al 2º Presidente de The Rio Tinto, Co., Ltd. es aconsejable aparcar en el campo de la inconcrección una prudencial espera.
Al tiempo, consideramos sería genial la inmersión por los fondos del Departamento de Manuscritos de la Universidad de Cambridge que contiene documentos, fotografías, etc. procedentes de los Archivos de la Jardine Matheson, independientemente de aquellos que existan en los de la Rio Tinto Co., en Londres, que, sin duda aumentarían, con todo lo demás, en mejor conocimiento de la trayectoria socio-laboral de dicho personaje.
Al comienzo de su gestión en el negocio minero, contaba, pues, 56 años y hacía 28 que el tráfico de opio había dejado de ser legal “oficialmente” (1870).
Una de sus primeras intervenciones al asumir el nuevo cargo, consistió en el discurso que dirigió a los asistentes a la Junta Gral de accionistas celebrada el 14 de Abril de 1898, en el Hotel Cannon Street (Londres) refiriéndose en los siguientes términos a la desaparición de su antecesor H. Matheson:
“Estoy seguro que todos Vds. deplorarán con nosotros la muerte de nuestro venerable Presidente quien estaba, aparentemente, con buena salud, hasta unas noches antes de su muerte y quien esperaba con impaciencia presidir esta Junta, la cual habría sido para él, una ocasión de jubileo.
Él se dedicó a velar por los intereses de la Compañía desde sus comienzos y, como algunos de Vds. quizás conozcan, fue con su apoyo y ayuda financiera, -raro en magnitud y liberalidad, en sus anteriores y luchadores años- esta apenas habría sobrevivido.
No veremos pronto, ni quizás nunca de nuevo, a una persona como él”.
Esta introducción, en la apertura de dicha Junta Gral, no fue novedosa y tampoco diferente a otros actos de similares características, donde el humano proceder “derrocha caridad y benevolencia” hacia quienes desaparecen de este mundo, por contradictorias que hayan sido sus vidas. Solamente se reseña, con la única intención de reconocer que los póstumos homenajes tienen cabida y son bien venidos, en toda ocasión.
Admitimos no poder contradecir las involuciones que el Sr. Steimberg atribuye a la primera generación de la familia Keswick con el tráfico del opio, (el Sr. J.J.Johnstone, entre ella) pero, ante las dificultades personales para consultar los archivos de la “Jardine Matheson & Co.,” cuyas fuentes, con otras, proyectarían mucha luz en la biografía de cada miembro del clan, impiden emitir un honesto punto de vista. No obstante, esperamos conseguir el libro de Maggie Keswick, (“El cardo y el jade”) donde, probablemente, se narren facetas poco conocidas de tal personaje.
De momento, sin encontrar indicios que involucren al 2º Presidente de The Rio Tinto, Co., Ltd. es aconsejable aparcar en el campo de la inconcrección una prudencial espera.
Al tiempo, consideramos sería genial la inmersión por los fondos del Departamento de Manuscritos de la Universidad de Cambridge que contiene documentos, fotografías, etc. procedentes de los Archivos de la Jardine Matheson, independientemente de aquellos que existan en los de la Rio Tinto Co., en Londres, que, sin duda aumentarían, con todo lo demás, en mejor conocimiento de la trayectoria socio-laboral de dicho personaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario