El pequeño Juan lleva un mes
ingresado. Conoce ya a la perfección la rutina del día a día: desayuno a las
9.00, comprobaciones médicas a las 11.30, almuerzo a las 13.00, descanso y
rehabilitación a las 16.00. Aunque siente el cariño de todo el personal
sanitario, los días son tediosos.
Excepto el sábado.
Ese día le visita un doctor de bata
blanca, gorro vaquero, enormes zapatos, flor en la solapa y nariz roja que no
utiliza ni jeringas ni pastillas. Un amigo con el que canta y hace bromas cómplices
a sus padres. Con el que vuela fuera del hospital.
- Toc, toc, toc, toc - Suena la puerta de su habitación a ritmo de
marcha nupcial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario