El tiempo y el fútbol

Curioso el mundo del fútbol. Un lugar donde con frecuencia no existe el pasado. No importa lo que ocurrió hace un mes, donde un club, un equipo, un jugador, pasa de ser de los mejores del mundo a no merecer estar en el equipo titular; y viceversa. Ejemplos recientes son los de Robben en el Real Madrid o Valdés en el FC Barcelona.

Pero, además, es que el futuro tampoco tiene cabida. ¿Cómo explicar entonces los ejercicios de los directivos del Valencia (en bancarrota) o el Alavés (en otros tiempos finalista de la UEFA y ahora luchando por no descender a 2ª B)? Está claro, no piensan que las gestiones de hoy influyen en el mañana.

Por todo, lo extraordinario en este apasionante mundo, es el caso de Riotinto (Huelva), donde sólo vivimos del pasado, menospreciando el presente y, por lógica, olvidando el futuro. Se nos hincha el pecho de orgullo clamando a los cuatro vientos que somos la Cuna del Fútbol Español, que jugábamos con frecuencia en Tercera División (cuando no existía la 2ª B y era una categoría durísima), que hubo grandes equipos y maravillosos futbolistas. Pero, ¿cuántos de los que eso decimos somos socios del Riotinto Balompié?, ¿cuántos en su vida diaria colaboran con el club? ¿Quién va al campo los domingos que hay partido?

Estas preguntas merecen una reflexión de todos aquellos que nos sentimos honrados siendo de este pueblo, tanto aficionados como directivos (dejemos hoy aún lado a los cargos administrativos).

El primer error, a mi modesto entender, es que se “desnaturalizó” al equipo hace algunos años. Con los presupuestos que tienen los clubes y en estas categorías es un error buscar jugadores fuera de nuestro entorno. Es más atrayente ver jugar a tu primo, a tu novio, a tu hijo, que al nueve, al cuatro o al tres. Es decir, yo voy al campo para ver al Riotinto, pero también para ver a Miguel y José Real, Luisma Bravo, Alberto Fernández, etc.

También, creo, se debería pensar en otros horarios, sabiendo que no se podrá competir con los partidos televisados a las 17 horas. Cuando solo había radio era lógico, pero ahora es una batalla perdida.

Sin embargo, y para acabar, nada de esto justifica que no haya más de 200 socios en la Cuna del Fútbol Español. Pensad que en todos los equipos de nuestro entorno y la mayoría de la provincia el número es más elevado. Si sumáramos los socios de las peñas de los distintos equipos de Primera División que hay en el pueblo, ¿cuántos sumarían?

Siempre nos quedará criticar a otros equipos de la provincia, al Ayuntamiento, a la Junta, pero, ¿y nosotros, que hacemos por la Cuna y el equipo que lo representa?, ¿qué hace la Comisión?

Este es nuestro presente, malos augurios para el futuro.