Autora: María Márquez Gento.
Porque creo en el poder omnímodo de la palabra, porque creo que una sola palabra puede atraer al cambio, porque sólo lo que se dice puede ser escuchado, porque las palabras deben y han de evolucionar de la intención a la acción, porque al decir: Agua , alimento, casa, vestido, parece que cito palabras sencillas, alejadas de cualquier reminiscencia poética, desprovista de una especial belleza sonora, de un significado abstracto, pero que albergan los conceptos que representan las bases mismas de una vida humana digna.
Sí, porque creo en las palabras, porque sé que son un arma cargada de futuro y cuando hablo, mi ejército verbal se une y dispara para vencer al enemigo; ya lo conoces: aquel dirigido por generales de maldad y egocentrismo y protegido con soldados de egoísmo, comodidad, sobra, reciclaje, dieta y obesidad.
Porque creo que debo decir, digo: Promesa, cambio, erradicar hambre/miseria, justicia, igualdad, reparto, lucha, dignidad, desarrollo, consenso, paz, ¡AHORA!
Alístate en esta guerra y dilo conmigo. ¿Te apuntas?
Sí, porque creo en las palabras, porque sé que son un arma cargada de futuro y cuando hablo, mi ejército verbal se une y dispara para vencer al enemigo; ya lo conoces: aquel dirigido por generales de maldad y egocentrismo y protegido con soldados de egoísmo, comodidad, sobra, reciclaje, dieta y obesidad.
Porque creo que debo decir, digo: Promesa, cambio, erradicar hambre/miseria, justicia, igualdad, reparto, lucha, dignidad, desarrollo, consenso, paz, ¡AHORA!
Alístate en esta guerra y dilo conmigo. ¿Te apuntas?
CONCIÉNCIATE, DI BASTA!
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