"La elegancia del erizo" de Muriel Barbery

Autora del artículo: María Márquez Gento.

La prueba de la ciruela claudia.

(BARBERY M. La elegancia del erizo, Seix Barral Biblioteca Formentor, Madrid. 2007, página 54)

[…]La prueba de la ciruela claudia asombra por su evidencia […] Su fuerza estriba en una constatación universal: al morder la fruta, el hombre comprende al fin ¿qué es lo que comprende? Todo […]
Se efectúa en mi cocina. Sobre la mesa de formica dispongo la fruta y el libro, y, atacando la primera, me lanzo también sobre el segundo. Si resisten mutuamente a sus cargas poderosas, si la ciruela claudia no logra hacer que dude del texto y si este no acierta a arruinarme la fruta, entonces se que me hallo en presencia de una empresa de envergadura […]

Una ciudad=París.
Un edificio=El número 7 de la calle Grenelle.
Un tiempo=Ahora
Una historia de personajes que se entrecruzan dentro de ese mismo edificio, en una búsqueda sin demora ni retorno, del sentido y de la esencia misma de la vida.

Como si de una ceremonia de té se tratara los personajes se alinean frente a una figura central; la portera de un edificio parisino habitado por gente pudiente, que representará el soporte, la mesa, la tarima sobre la que se exponen estos originales individuos, como delicada y fina vajilla china, sobre la que se ha de verter el líquido brebaje, esa reconfortante infusión, metáfora misma del jugo caliente y reconfortante que representa la vida, ese exquisito elixir que despierta los sentidos para lograr apreciar al mundo en su justa medida.

PALOMA: 12 años, soltera, planea su suicidio. Superdotada e hipersensible, crítica y despreciativa de su acomodaticia clase social, lectora empedernida de los tebeos japoneses (Manga) en los que halla la reminiscencia de esa cultura oriental que tantos valores positivos encierran para ella.

RENÉE: 55 años, viuda, portera de edificio. Amante del arte, fiel a la música clásica, al cine de autor, al buen comer y seguidora acérrima de los escritores rusos (L.Tolstoi, F.Dostoievski, sobre todo).Comparte su vida y su casa con León, su rechoncho y perezoso gato.

MANUELA: Entre 40 y 50, casada, asistenta doméstica, aristócrata de espíritu. Prodigiosa repostera, sus ceremonias del té con Renée dónde paladean y degustan a dúo pastas y pasteles sin prisa ni pudor insuflan vida a su monótona existencia. Ambas se muestran tal cual son, unas damas sin una cuenta corriente que les respalde ni un status social que las ampare, mientras hablan o respetan el cómplice silencio del festín.

KAKURO: Sin edad pero con mucha, viudo adinerado. Su aparición repentina tras la muerte de un vecino cambiará la vida de estas tres mujeres que verán como sus sueños y aspiraciones comienzan a cobrar forma y volumen, dándole paso en sus irrealizadas existencias al término Felicidad.


Si quieres comprobar como una Camelia (flor de origen oriental, también llamada Rosa del Japón), puede cambiar radicalmente la vida de alguien, su destino. Si para ti, uno es lo que es, sus valores, sus saberes y no lo que tiene. Si crees que la clase no está reñida con el estatus social y ni los modales ni el saber estar los genera la cuenta bancaria. Si crees en la vida y en sus infinitas posibilidades, si piensas que todo puede cambiar a mejor y que el mañana te depara siempre algo bueno, no lo dudes este es tu libro. En sus páginas se esconde un “¡CELEBRA LA VIDA!”, la felicidad se encuentra en los pequeños detalles, en los matices del día a día, es esa sensación imprevisible que viene, te inunda, te llena de dicha y sin saber como ni porque se va sin decir adiós, sin proferir un escueto y consolador” hasta pronto”.Celebra la vida, comunícate, busca la manera de expresarte, busca a los tuyos, a los que comparten tus metas vitales, tus universos mentales. Goza conversando con los que quieren escucharte y tienen algo que decir, disfruta de la palabra, encuentra ese contertulio que crezca a tu lado, que te enseñe y que aprenda de ti, di y escucha, dialoga y crece, pero ante todo querido lector, La elegancia del erizo te enseñara una cosa: a estar atento, a apreciar esos pequeños y fugaces momentos en los que todo parece tener sentido y concordancia, porque amigo mío, esos momentos son lo que llamamos FELICIDAD, nada más y nada menos.

A falta de ciruela claudia que llevarme a la boca, sin duda ha superado todas las expectativas que antes de leer el libro tenía, y como no, no ha habido fruta, bebida, entremés o aperitivo, que consiguiera evadirme de la lectura fresca y amena de esta mágica novela.