Autor: Fernando Izquierdo Cuéllar.
Mirando hacia el horizonte
Por ventanas enmarcadas,
Recordando la figura
Que despacio caminaba,
Obligué, en tremenda depresión
Sólo existente en mi alma
Que el pasado no volviera,
No repetir más su saña,
Que corazones marchitos
Apagados por fantasmas
Acabaran sus quehaceres,
Quedando tan sólo lágrimas.
Escondido ya quedé,
Impregnado de palabras
Que escapaban al sentido,
Que saltaban castigadas
Por la mano del poeta
Que escribiéndolas estaba;
Duras como la tierra
Que no aliviara el agua,
Terriblemente sinceras,
Parecíanme no humanas,
Palabras de verdad fría,
De sangrantes teclas blancas,
Y en las teclas una daga
Que brillante y afilada,
Te sugería muchas cosas
Al mirar por la ventana.
Dejo con dolor la casa
De la ciudad alejada,
Dejo los tristes muebles
Que en vida me acompañaran,
Dejo papeles tirados
Y en el techo, telarañas
Que vieron atardecer
En mi mente ya gastada;
¡y el que viniera hacia aquí,
para ocupar esta casa
que no se olvide de mí,
de mirar por la ventana!.
Mirando hacia el horizonte
Por la ventana gastada
Veíase una figura
Que despacio ya marchaba.
Muy buena Fernando; es muy agradable leerte. Esta, por ejemplo, me transmite serenidad, no se si era tu intención, pero si es lo que me inspira a mi.
ResponderEliminarFelicidades.
A mi me trasmite nostalgia , un placer leerte también
ResponderEliminarNo esperaba menos de tí.
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