Hoy, 4 de febrero es un día señalado con fuego en las entrañas de mi tierra: Riotinto. Tal día como hoy de 1888 el débil plantó cara al poderoso con honor. No siempre David gana a Golliat pero su recuerdo perdurará a lo largo de los años, o por ello deberemos trabajar aquellos que nos sentimos sus herederos. Por eso, creo que el monumento conmemorativo no le hace honores a nuestro pasado, sus luchas, batallas, victorias y derrotas. Y me entristece que hoy, de nuevo, ese Año de los Tiros pasa sin actividades políticas y sociales que nos lo recuerde y lo dignifique. Pasará el día sin pena ni gloria, cómo si no hubiera sido un momento de pena, pero también de gloria y orgullo para todos nosotros.
Con la libertad que otorga la amistad recuerdo un comentario que amigo José Márquez Trigo dejó en el Foro de Riotinto (www.riotinto.foro.st): "Una buena manera de recordar esta fecha es traer de nuevo a la memoria el canto número 3 de la Cantata Minera "Cobre y Viento", con letra de Juan Delgado y música de Antonio Villa. Fué estrenada en Riotinto por la Coral Minera el 30 de julio de 1987".
CANTO 3º - EN LA SANGRE
Y te ganarás el pan con el sudor de tu frente,
pero será tuyo el aire, el sol, el cielo y la fuente.
Y les dieron medio pan, el sudor y el accidente;
y les negaron el aire, el sol, el cielo y la fuente.
En la Cuenca se alza un grito:
la libertad se estremece
cuando en la paz de la tarde
la plaza viste de muerte.
-Los disparos, la voz seca y autoritaria de siempre-
Era el cuatro de febrero,
Año de los Tiros, fecha
rubricada con la sangre
de tu libertad, minero.
-Los disparos, la rotunda imposición del silencio-
Cantemos en homenaje
de los que entonces cayeron,
el canto de libertad
que Riotinto lleva dentro.
Pero cantemos al sol, a la fuente, a nuestro cielo;
al sudor y al pan bendito. Cantemos todos, cantemos.
Con los siglos en la voz, cantemos siempre, cantemos.
Que nadie podrá negarnos la canción de los esfuerzos.
Y te ganarás el pan con el sudor de tu frente,
pero será tuyo el aire, el sol, el cielo y la fuente.
Y les dieron medio pan, el sudor y el accidente;
y les negaron el aire, el sol, el cielo y la fuente.
En la Cuenca se alza un grito:
la libertad se estremece
cuando en la paz de la tarde
la plaza viste de muerte.
-Los disparos, la voz seca y autoritaria de siempre-
Era el cuatro de febrero,
Año de los Tiros, fecha
rubricada con la sangre
de tu libertad, minero.
-Los disparos, la rotunda imposición del silencio-
Cantemos en homenaje
de los que entonces cayeron,
el canto de libertad
que Riotinto lleva dentro.
Pero cantemos al sol, a la fuente, a nuestro cielo;
al sudor y al pan bendito. Cantemos todos, cantemos.
Con los siglos en la voz, cantemos siempre, cantemos.
Que nadie podrá negarnos la canción de los esfuerzos.
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