Sentado en su sillón favorito,
con las zapatillas de cuadro y la bata azul desgastada por los años, recuerda
mientras lee el “Internacional” del periódico lo que le dijo su hija:
-Papá, por favor, no te dejes
llevar. El problema de Siria no es tan simple.
Se recrea recordando cuando llega
a “Nacional” lo que le comentó su hijo menor:
-Si leyeras 1984, te sorprendería lo cercano que es a la realidad. Ya te
hablaré de la “nueva lengua” de Orwell.
La lectura es interrumpida por la
llegada ruidosa y juguetona de dos de sus nietos. En ese momento, sonríe y con
la mirada en el suelo, murmura entre dientes: “Cariño, parece que estos viejos
no lo hicieron nada mal”.
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