Con la cara arrugada por los
sinsabores, las batallas al sol y los viajes en alta mar, ya no cumplía años,
los sufría. Con experiencia infinita, había dejado de contar en las reuniones
de la comunidad.
Preciosa, altiva, conflictiva,
nunca elegante, sus hijos habían dejado de estar orgullosos de ella por su
cabeza acomplejada, oscura, bipolar.
En ella se localizaban dos
pensamientos, dos ideologías, dos sentimientos, dos maneras de entender el
mundo. Podía ser monárquica y republicana; autoritaria y democrática; absolutista y liberal; cristiana y musulmana; de
derecha y de izquierda; noble y campesina; burguesa y proletaria; de Quevedo y
de Góngora; del Madrid y del Barcelona.
Repleta de luces y sombras, así
morirá porque forma parte de ella.
Me encanta! Jm en la mezcla está la riqueza.
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