19 de marzo de 2017

Pregón Carnaval Riotinto 2017 (II)



Además de la parodia y el piropo, en el carnaval encontramos un vehículo para expresar sentimientos que llevamos dentro y que necesitamos gritar con la máxima energía posible. Sobre todo sentimientos personales que son compartidos por todos los que te acompañan en el grupo. Eso es algo que siempre hemos llevado a gala en nuestra chirigota, también cuando hemos hecho comparsa: lo que se canta lo sentimos todos; si escribimos en primera persona lo hacemos como recurso literario, pero siempre que en alguna de nuestras coplas escuchen un “Yo” entiendan un “Nosotros”.

Realmente sí hay un pasodoble escrito en primera persona, pero que cantamos con el corazón. Un pasodoble escrito por un hijo a su padre. Un padre muy especial, claro. Un pasodoble de Saúl al gran Manolo Narbona, amigo de todos, el mejor concejal de cultura de la historia de este pueblo y un profesor que dejó una huella muy profunda en todos sus alumnos, entre los que tuve la suerte de encontrarme. Cuando Manolo nos dejó yo ya era profesor de historia en un colegio de Valverde que es como mi casa, con unos compañeros que son mi familia, con unos alumnos que quiero y acompaño cada día. Sin Manolo, yo no hubiera sido historiador, no hubiera sido profesor de historia en ese colegio de Valverde tan mío.

¿Para qué sirve el carnaval? Para pedirle a mí amigo del alma que cante otra vez ese pasodoble. Lo demás viene solo.

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