30 de septiembre de 2009

Coplas a la Virgen del Rosario

Con el permiso de ese gran amigo que nos está deleitando con la historia del conde y su familia, que es la historia de un pueblo, vamos a hacer un pequeño inciso aprovechando las fechas en la que estamos. En "el conde (III)" este amigo sigue publicando a modo de comentario, pero como se merece, en unos días lo seguiremos subiendo en capítulos para disfrutar de él con todo detenimiento.

Y es que en octubre de 1977 se publicaron algunas coplas a la Virgen del Rosario, abarcando (la edición que yo poseo) de 1938 a 1975. Imagino que el autor de muchísimas de estas letras es el poeta riotinteño Gregorio García Cardoso. Si alguien tiene más información al respecto, que no dude en comunicarlo. Muchas de ellas eran desconocidas para mí ya que no se cantan en La Esquila. Sirva, de esta manera, como homenaje para aquellos que la crearon, la publicaron, la cantaron y la cuidaron, esperando así que nada de ello quede en el olvido.



Coplas publicadas por la Hermandad en 1938.


A tu trono vino en un mal día

la horda salvaje sin Patria ni Dios,

y tu Imagen, que era flor de encantos,

con ira maldita cruel destrozó.

¡De nada sirvió!... ¡De nada sirvió;

que los hijos del pueblo minero

te llevamos viva en el corazón!


Riotinto fue como el cordero

que de su rebaño torpe se alejó…,

al hallarse solo entre los montes

con tristes balidos llama a su pastor.

¡Hoy clama por Ti!... ¡Hoy clama por Ti!

¡Yo te ruego Pastora divina

que el pueblo minero vuelva a tu redil!


De Riotinto eres luz y gloria,

Virgen del Rosario, Estrella inmortal,

que alumbraste al pueblo minero

en horas de angustias con luces de paz.

¡No nos abandones, danos tu perdón;

que de nuevo sea Tu Rosario

bálsamo y consuelo para el corazón!


Eres fuente de la vida eterna,

consuelo del triste, luz del pecador,

Soberana del Reino celeste,

y la pura Rosa del jardín de Dios.

¡Oh Flor de candor!...¡Oh Flor de candor;

a este pueblo que limpio renace

concede la gracia de tu bendición!


En las noches serenas de otoño

que la luna baña con su resplandor,

hasta el cielo se elevan los cantos

que la fe del pueblo entona en tu honor.

¡Muy sencillos son!... ¡Muy sencillos son

pero llevan prendida en sus notas

la ofrenda encendida de su corazón!


En tu diestra de Reina y Señora

fulgura la escala que el cielo bajó,

por la cual, alabando tu nombre

se sube a la gloria a gozar de Dios.

¡Madre del Amor!... ¡Madre del Amor;

por el Santo Rosario que llevas

concédele a España la paz y el perdón!

1 comentario:

  1. Hoy todo el que llega a La Estación comenta que mañana es la esquila, ydespués de haberos escuchado comentara Saúl y a ti, me encantaría ir, pero no creo que pueda ¡¡Disfrutadlo a tope!!

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