19 de junio de 2010

Saramago

El mundo que nos ha tocado vivir necesita poetas y maestros. Y entre ellos estaba un ibero que nos ha dejado: José Saramago. Sus palabras nunca vacias permanecerán para recordarnos todo lo que tenemos que hacer. Descanse en paz.

Poema à boca fechada, "Os poemas possíveis", 1981

No diré:
que el silencio me sofoca y me amordaza.
Callado estoy, callado quedaré,
ya que la lengua que hablo es de otra raza.

Las palabras consumidas se acumulan,
se contienen, cisterna de aguas extinguidas,
penas ácidas en limos transformadas,
fondo vaciado con raíces torcidas.

No diré:
que ni siquiera el esfuerzo de decirlas merecen,
palabras que no digan lo que sé
en este retiro en que no me conocen.

Ni sólo lodos se arrastran, ni sólo limos,
ni sólo animales flotan, muertos, miedos,
turgentes frutos en racimos entretejidos,
en el negro pozo desde donde suben dedos.

Sólo diré,
crispadamente recogido y mudo,
que el que se calla cuando me callé
no podrá morir sin decirlo todo.




Extraído del blog http://seikilos.com.ar/seikilos/ . ¡Visítenlo!

1 comentario:

  1. Adios a otro grande.
    Me pregunto,¿a dónde irán los poetas al morir?,¿existirá un "cielo¨ de uso exclusivo para ellos?sí, debe de haberlo o mejor aún me consuelo al pensar que se convertirán en espectros vagabundos que vagan de allí para acá , de acá para allá, susurrando sus versos en los sueños a los mortales.Sí, me consuela al pensarlo.

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