Daniel Serrano escribe hoy en el diario "El País" que el mayo del 68 ya quedó atrás. Un mayo donde: "latía un libertarismo de derechas perfectamente asumible por el sistema, un ideario en sintonía con el más feroz capitalismo. O la defensa a ultranza de lo individual frente a lo colectivo; de la sociedad fragmentada en intereses diferenciados (las mujeres por un lado, los negros por otro, la juventud como valor en sí mismo...) frente al concepto de bien común; de la tolerancia (prohibido prohibir) entendida como un relativismo que impide toda confrontación real".
Continúa en su artículo: "... se trata de reinventar una socialdemocracia que ha renunciado a un programa de mínimos. O dicho con total simplicidad, que la izquierda vuelva a reivindicar, sin complejos, la autonomía del Estado, de la sociedad civil, de los electores, ante los designios implacables de los mercados...".
Ese mucho o ese poco es lo que un alto porcentaje de ciudadanos queremos. Aquí pedíamos hace tiempo, con la modestia de nuestra nula fuerza, una transformación de nuestra sociedad (ENLACE). Hablabamos de la falta de representatividad (ENLACE), de la ausencia de poder (cracia) real para el pueblo (demos) (ENLACE), de la injusticia cometida con las jubilaciones (ENLACE), de la inmoralidad neoliberal (ENLACE), de la falta de propuestas y de la desaparición de la izquierda (ENLACE), del poder de las redes sociales (ENLACE), de la demagogia (ENLACE) o del retroceso social (ENLACE). No es que fueramos más listos que nadie. Se palpitaba, se sentía en la calle la necesidad de un cambio. De volver a la dignidad, a la moral, a la justicia, a la fraternidad. Y si el verbo no es volver, es ir, encontrar, buscar, sentir, disfrutar...
No es más que reivindicar lo esencial de la política, de la democracia: elegir representantes del pueblo. En ocasiones escuchamos con falsa dignidad: "nos estamos alejando del pueblo". "Debemos escuchar al pueblo". ¡Si el pueblo es el verdadero jefe! El que te nombra, te selecciona, te elige. El que con generosidad te da la oportunidad de ser concejal, alcalde, consejero, ministro, presidente... ¿Hay algo más bonito que ser alcalde de tu pueblo? Creo que no.
Además de lo comentado anteriormente, se escucha hoy en la Puerta del Sol y en otras plazas españolas propuestas como:
-. Listas abiertas en los partidos políticos (democracia interna que no calle las voces de las reivindicaciones internas y se represente al pueblo que te elige, no al poder central del partido).
-. Independencia del Poder Judicial (¿alguien se acuerda ya de la Revolución Francesa? ¿De Mosntesquieu?).
-. Referéndums obligatorios y vinculantes para las cuestiones de gran calado que modifican las condiciones de vida de los ciudadanos (democracia: el poder reside en el pueblo).
-. Aumento del tipo impositivo a las grandes fortunas y entidades bancarias. (Norma básica: paga más el que más tiene).
-. Devolución a las arcas públicas por parte de los bancos de todo capital público aportado (Cuando es al revés, exigen devolución con intereses).
-. Supresión de gastos inútiles en las Administraciones Públicas y establecimiento de un control independiente de presupuestos y gastos (el dinero de todos, invertido en todos. Sin tonterias ni autobombo).
-. Seguridad en el empleo: imposibilidad de despidos colectivos o por causas objetivas en las grandes empresas mientras haya beneficios, fiscalización a las grandes empresas para asegurar que no cubren con trabajadores temporales empleos que podrían ser fijos. (¿Beneficios igual a despidos? El Estado debe proteger al trabajador frente al egoismo).
-. Eliminación de la inmunidad asociada al cargo. Imprescriptibilidad de los delitos de corrupción. (El representante del pueblo debe ser un ejemplo de moral y dignidad.
Estas son algunas y hay muchas más. Todas aquellas que quisieramos y necesitaramos porque el poder emana de nosotros no al revés. De lo contrario no tendríamos democracia, viviríamos en un despotismo ilustrado: "todo para el pueblo, pero sin el pueblo".
¿Tan difícil es de entender?
Continúa en su artículo: "... se trata de reinventar una socialdemocracia que ha renunciado a un programa de mínimos. O dicho con total simplicidad, que la izquierda vuelva a reivindicar, sin complejos, la autonomía del Estado, de la sociedad civil, de los electores, ante los designios implacables de los mercados...".
Ese mucho o ese poco es lo que un alto porcentaje de ciudadanos queremos. Aquí pedíamos hace tiempo, con la modestia de nuestra nula fuerza, una transformación de nuestra sociedad (ENLACE). Hablabamos de la falta de representatividad (ENLACE), de la ausencia de poder (cracia) real para el pueblo (demos) (ENLACE), de la injusticia cometida con las jubilaciones (ENLACE), de la inmoralidad neoliberal (ENLACE), de la falta de propuestas y de la desaparición de la izquierda (ENLACE), del poder de las redes sociales (ENLACE), de la demagogia (ENLACE) o del retroceso social (ENLACE). No es que fueramos más listos que nadie. Se palpitaba, se sentía en la calle la necesidad de un cambio. De volver a la dignidad, a la moral, a la justicia, a la fraternidad. Y si el verbo no es volver, es ir, encontrar, buscar, sentir, disfrutar...
No es más que reivindicar lo esencial de la política, de la democracia: elegir representantes del pueblo. En ocasiones escuchamos con falsa dignidad: "nos estamos alejando del pueblo". "Debemos escuchar al pueblo". ¡Si el pueblo es el verdadero jefe! El que te nombra, te selecciona, te elige. El que con generosidad te da la oportunidad de ser concejal, alcalde, consejero, ministro, presidente... ¿Hay algo más bonito que ser alcalde de tu pueblo? Creo que no.
Además de lo comentado anteriormente, se escucha hoy en la Puerta del Sol y en otras plazas españolas propuestas como:
-. Listas abiertas en los partidos políticos (democracia interna que no calle las voces de las reivindicaciones internas y se represente al pueblo que te elige, no al poder central del partido).
-. Independencia del Poder Judicial (¿alguien se acuerda ya de la Revolución Francesa? ¿De Mosntesquieu?).
-. Referéndums obligatorios y vinculantes para las cuestiones de gran calado que modifican las condiciones de vida de los ciudadanos (democracia: el poder reside en el pueblo).
-. Aumento del tipo impositivo a las grandes fortunas y entidades bancarias. (Norma básica: paga más el que más tiene).
-. Devolución a las arcas públicas por parte de los bancos de todo capital público aportado (Cuando es al revés, exigen devolución con intereses).
-. Supresión de gastos inútiles en las Administraciones Públicas y establecimiento de un control independiente de presupuestos y gastos (el dinero de todos, invertido en todos. Sin tonterias ni autobombo).
-. Seguridad en el empleo: imposibilidad de despidos colectivos o por causas objetivas en las grandes empresas mientras haya beneficios, fiscalización a las grandes empresas para asegurar que no cubren con trabajadores temporales empleos que podrían ser fijos. (¿Beneficios igual a despidos? El Estado debe proteger al trabajador frente al egoismo).
-. Eliminación de la inmunidad asociada al cargo. Imprescriptibilidad de los delitos de corrupción. (El representante del pueblo debe ser un ejemplo de moral y dignidad.
Estas son algunas y hay muchas más. Todas aquellas que quisieramos y necesitaramos porque el poder emana de nosotros no al revés. De lo contrario no tendríamos democracia, viviríamos en un despotismo ilustrado: "todo para el pueblo, pero sin el pueblo".
¿Tan difícil es de entender?
Perfecto! Me ha encantado! Esta noche subiré el mio, lo estoy retocando en la cabeza jejeje. Un abrazo!
ResponderEliminarLo esperamos con ganas. Un abrazo.
ResponderEliminara por ellos, por fin España ha despertado, por fin puedo decir que estoy contento de ser español
ResponderEliminarHay muchas cosas interesantes en esas propuestas solo que no es el momento de presentarlas. Además con ese ideario y un poco mas se podría hacer un partido político y presentarse a las elecciones.Reventar o intentarlo unas elecciones no es democrático tampoco.
ResponderEliminarUn saludo, Juanma
Se me ha olvidado mi nombre, Rafael Perea
ResponderEliminarNegrito,como siempre,genial.
ResponderEliminarCualquier momento es bueno para arreglar las cosas y para pedir que se arreglen,especialmente cuando los perjudicados somos nosotros,el pueblo, y los prejudicantes son los políticos elegidos por el pueblo y que cobran gracias a nosotros.
No,no se trata de hacer un partido político con esas propuestas. Todo ese listado y mucho más debería ser una forma de actuación porque es lo más normal,lo más razonable.Punto por punto debería instaurarse mande quien mande.Las cosas sólo se pueden hacer de dos formas: bien o mal.Mal se llevan haciendo desde hace mucho tiempo.Este "decálogo" o ideario sería la forma de empezar a hacerlas bien desde arriba.
En Uruguay el presidente renunció al 90% de su sueldo porque no dependía de él para vivir.Eso acarreó que alcaldes,gobernantes,diputados...siguieran el ejemplo y ese dinero se dedicase a arreglar problemas de la población.Actualmente es el país con menos corrupción del mundo.
Esos que están puestos porque el pueblo los eligió deberían ser el ejemplo.
Gracias Juanma por tus artículos.
Francisco José Fariña.
Muchas a gracias todos por vuestros comentarios. No puedo añadir mucho más lo que comentas Fariña, es la lógica, la moral, la dignidad en la política.
ResponderEliminarRafael, hace tiempo me decías que me veías desanimado con la clase política. Ya ves que no estaba sólo, era el sentir de la calle, jóvenes y no tan jóvenes. Que más da cuando se muestren nuevas ideas si son justas y necesarias. Es más, ahora es el único momento donde los políticos escuchan al pueblo o por lo menos hacen como que lo hacen (porque no están motivados para eso nunca).
Es un movimiento para mejorar lo que tenemos: la democracia por la que tanto lucharon generaciones pasadas y presentes. No es hacer otro sistema, es mejorarlo con, repito, dignidad y moral. No es necesario hacer un partido político nuevo. ¿Qué propuestas no te gustan? ¿En cuál muestran indignación? Creo que es la razón en su máxima potencia.
No entiendo, amigo Rafael, porque la derecha está tan asustada. Es una movilización fuera de los partidos. Ni PP ni PSOE. Sabes que aquí modestamente llevamos mucho tiempo diciendo esto. No es blanco o negro. También existen otros matices.
Pongo la mano en el fuego en que tú no crees que en la Puerta del Sol hay terroristas entrenados por Segi como dice el "centrista" César Vidal. Qué no todos son rojos comunistas como escuché en Intereconomía. Que no crees que me ha llamado Rubalcaba para decirme lo que tengo que hacer, decir o escribir. No tiene porque ser la derecha tan egocéntrica. No todo es contra ellos o con ellos. Hay más.
Un abrazo y mil gracias a todos.